miércoles, 1 de agosto de 2012

Sleep Alone?



 Los que hemos sufrido en carne propia ese terrible monstruo que es el insomnio conocemos el valor real de algo aparentemente tan sencillo de alcanzar como es el sueño.

 Son muchas, por supuesto, las maneras de pasar la noche. Y todas pueden resultar válidas, según momentos y preferencias. Todas, menos una. Porque pasar la noche acompañados no nos vale cuando esa compañía no es más que un amasijo de dudas y terrores indescifrables que no deja ni un minuto de asediarnos, jadeante e inalterable, siempre alerta a medio milímetro de nuestra nuca.

 Supongo que al monstruo, por más que uno lo intente de todas las maneras posibles, no se le vence realmente. Lo único que ocurre es que una noche cualquiera, después de haber luchado en vano durante tan largo tiempo, el monstruo simplemente ya no está. Y entonces, sin ser muy conscientes de cómo ni por qué, abandonamos las armas y conseguimos sin esfuerzo aquello que tanto se nos había resistido hasta el momento. Esa noche, como el protagonista de la canción, nosotros también dormiremos solos. Y jamás nos habremos alegrado tanto de que así sea.

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