La Dirección, que solo existe a efectos ficticios por crear conflicto narrativo en esta entrada, me ha dado un toque por eso de que ya se me han pasado un par de lunes sin gif. Yo les he dicho que esto no lo mira nadie de todas maneras. Y me han mirado como si acabaran de verme dejar caer sus cepillos de dientes al water por accidente, y volver a colocarlos en su sitio sin decir nada. Cosa que puedo hacer porque, insisto, son gente imaginaria.
Pero es que eso es lo mejor de los gifs, cuando no te los esperas. Los gifs son imprevisibles como un ninja bien entrenado. Letales, como un ninja bien entrenado. Pueden hacer explotar tu cabeza a 3 metros de distancia, como un ninja bien entrenado. Y ahí acaban las semejanzas porque, amigos, los ninjas no existen. Y los gifs sí. BAM!
Celebremos que hemos sobrevivido a otro lunes, y que lo hemos hecho con la dignidad hercúlea de semidioses.
(El gif se titula 'No eres el padre'. Ahí es ná.)
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