En un día de tanto viento como hoy, incluso las palomas y gaviotas grises y sucias de Kotti sueñan por un día que son gaviotas de mar. Gaviotas que viven en la costa del Mar Báltico. Gaviotas que pasan las mañanas volando con el aire en contra y suspendidas en brisa marinera.
Quizás porque el viento levanta el aroma marino que pueda llevar el canal de Kreuzberg, quizás porque las nubes se movían rapídisimo y dejaban parpadear a un sol brillante y amarillo, o quizás porque la imagen de decenas de gaviotas suspendidas sobre el canal -gracias al juego de la sinestesia de los sentidos- traía ese aroma fresco a sal marina que se respira solo en la costa ante el mar... lo cierto es que esta mañana, todos los que pasaron por el canal camino a sus trabajos no han podido evitar contemplar el espectáculo y pensar por un momento que ellos también viven a orillas del Mar Báltico y que el viento frio que les golpeaba la cara no era sino una brisa suave y marina...
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