“¡Abajo el telón!
¡Abajo!”, gritó ella. Y el telón cayó, rotundo. Cayó para siempre.
Fue a finales de septiembre de 1975, una noche
de concierto en el Her Majesty's Theatre de Sídney. La orquesta tocaba
los primeros compases de “Ich bin von Kopf bis Fuß auf Liebe eingestellt”, señal
para su salida a escena. De pronto, un tono disonante rompió la melodía. Ese
fue el momento en el que los músicos vieron cómo Marlene Dietrich se tambaleaba
y acababa en el suelo. Había bebido, bebía mucho. Un vicio que ya no abandonaría
hasta el fin de sus días. Dietrich trató aún de hallar un punto de apoyo, y se
precipitó entonces al foso de la orquesta. El fémur izquierdo, al quebrarse, perforó
la piel de la septuagenaria diosa de Hollywood.
Fragmento de MAACK,
Benjamin. “Der
lange Fall der Filmgöttin” [en línea]. Spiegel Online. 4 mayo 2012. http://einestages.spiegel.de/static/topicalbumbackground/24783/der_lange_fall_der_filmgoettin.html
Traducción: S
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